Sistemas de información sin fronteras físicas

Sistemas de información sin fronteras fisicas

Sistemas de información sin fronteras físicas quiere decir que los sistemas de información han ido saliendo del espacio de las oficinas para poder ser utilizados allí donde el trabajo ha de realizarse. Las aplicaciones móviles han contribuido enormemente a ello y el Internet de las Cosas (IoT: Internet of Things) será el siguiente paso.

Hasta hace no tanto tiempo, el uso de muchos sistemas de información se limitaba al espacio reducido de una oficina, sede, además de nuestros negocios. Poco a poco, los sistemas fueron saltando físicamente, siempre a través del cableado, a lugares anexos (factorías, almacenes, etc). Esto permitía integrar las funciones empresariales que allí se realizaban.

El crecimiento de las comunicaciones fue logrando que diversos centros de una misma organización pudieran también estar conectados entre sí, integrando todos los flujos de trabajo. Internet supuso un espaldarazo enorme que facilitó esa evolución.

Mucha de la información con la que trabajan y que analizan estos sistemas puede ser, por tanto, recogida de manera ubicua, en cualquier lugar en el que se encuentren nuestros profesionales. El siguiente paso será que alguna información pueda ser recogida automáticamente. La clave está en la integración de nuevos dispositivos con nuestro sistema de información (ERP, CRM, sistema de información geográfica, sistema de gestión documental…).

Interfaces móviles

Ya vimos en uno de nuestros anteriores informes que las aplicaciones móviles son ya una extensión natural de los sistemas de información para la captura de información. Allí os contamos cómo son un medio cada vez más utilizado para la captura de información y su posterior explotación. En este informe nos gustaría llamar la atención en la importancia y beneficios que esos mecanismos tienen para la integración de funciones empresariales realizadas ubicuamente dentro del sistema de información de una organización.

En este mismo boletín presentamos un ejemplo de herramienta móvil desarrollada para mejorar el trabajo en campo de los geólogos. Con ella, el trabajo se realiza desde el lugar que se trata de analizar. Introduciendo los datos directamente en una tableta a través de una aplicación móvil. El proceso hace que los datos se integren directamente con el sistema de información geográfica (ArcGIS de Esri, en concreto) con el que trabajan. Sin que tenga que producirse una transcripción posterior de los datos recogidos en un cuaderno de campo, como ocurría antes.

La integración puede beneficiar también en el lado de la explotación y presentación de información. Este es el caso, por poner un ejemplo, de la aplicación móvil para el Apple Watch con la que los usuarios de la EMT pueden consultar los horarios de los autobuses.

En cualquier caso, el diseño de las aplicaciones ha de ser especialmente cuidado para que sean realmente utilizables desde el tipo de dispositivo con el que se trabaje (la tableta, el Apple Watch, un terminal inalámbrico con escáner para una aplicación de almacén, un teléfono inteligente para una aplicación de control de ventas como la de Sisley, etc.) y de utilidad y productividad para los usuarios y la organización en los procesos correspondientes.

Integración de procesos ubicuos automáticos

Y ¿por qué no hacer que ni siquiera sea necesario el desplazamiento hasta un lugar donde han de realizarse trabajos repetitivos? Si ese trabajo es simple, normalmente de medición, supervisión y control básico, de nuevo podríamos integrar el proceso con nuestros sistemas de información, pero haciendo incluso que pueda ser desempeñado por dispositivos independientes que estén conectados de forma inalámbrica.

Al final, lo que se necesita es un procesador que realice un tratamiento sobre la información recogida por sensores para ser comunicada a otros sistemas. Que puedan a su vez procesar y explotar de una mejor manera esos datos, seguramente dentro de ciclos de trabajo mayores.

Lectura de contadores, control de temperaturas de cámaras frigoríficas, detección de contenedores de basura llenos, programación de riego, localización de averías de vehículos mientras circulan, gestión de equipos de vending. Todos son ejemplos de aplicaciones que podemos llevar a cabo con sistemas de este tipo. Y de los que se sacaría enorme provecho al integrarlos con sistemas de información.

Esta integración de procesos remotos en nuestros sistemas de información se están beneficiando del auge que está tomando ya en nuestros días el Internet de las Cosas, o Internet de los Objetos. Se trata de crear una arquitectura que permita que muchos objetos que nos rodean puedan estar comunicados entre sí. Colaborando para distintas funciones que acaben automatizándose. Y esta automatización estará dotada cada vez de un mayor grado de inteligencia.

Podríamos hacer así, por ejemplo, que la propia máquina de vending analice el nivel de consumo de productos que se está produciendo. Para poder así comunicar su pedido de reposición a la delegación en función de ese consumo específico. En lugar de que ese cálculo se realice de forma centralizada en dicha delegación. Seguramente sin poder prestar mucha atención (o con un consumo mayor de recursos) a esas necesidades individualizadas.

Por tanto, la tecnología nos permite que no tengamos necesidad ya de realizar todo nuestro trabajo obligatoriamente en una oficina. Podemos realizarlo más rápidamente en el lugar más adecuado, e incluso automatizarlo.

¿Qué beneficios obtenemos?

  • Comodidad en la realización de los procesos en aquellos lugares donde realmente se lleva a cabo la labor, sin necesidad de transcribir luego los datos que deberían haberse recogido de otra forma.
  • Contar en ese momento con toda la información que pueda guardar relación con el trabajo a realizar.
  • Rapidez en la obtención de la información necesaria, evitando procesos repetitivos.
  • Ahorro en la realización de esos trabajos, máxime si llegaran a automatizarse.
  • Disminución de los errores que pudieran producirse por transcripciones erróneas e incluso al no introducir luego la información (trabajos realizados y no cobrados).

Productividad y calidad, en definitiva. Con todos estos beneficios no es de extrañar la velocidad con la que está avanzando en nuestras organizaciones la integración de procesos productivos a través del uso de aplicaciones de movilidad. Y es evidente que lo mismo ocurrirá con el uso en esa integración de dispositivos conectados al Internet de las Cosas.

Jorge Ruiz Magaña

Director de la Unidad de Desarrollo de Soluciones Software de Solusoft

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